lunes, 21 de enero de 2013

La herencia dejada por Boix

Sin estos documentos gráficos, libros como "El diario de Ana Frank o "Archipiélago Gulag" de  Aleksandr Solzhenitsyn (sobre los campos de trabajo de siberia), así como otros autores que han sacado a la luz las atrocidades cometidas contra pueblos enteros , no tendrían sentido una vez que sus testimonios mueran, pues la imagen es la prueba mas difícil de rebatir.

 Las imágenes que Boix salvo de Mauthausen, así como otros archivos gráficos procedentes de otros campos, han hecho posible que nadie pueda negar a los supervivientes que el Holocausto no ocurrio, que no es invención suya o mera propaganda. Y cuando estos supervivientes nos dejen, tendremos estas fotografías y películas para que lo ocurrido no caiga en el olvido.

Otros documentos gráficos complementarios:

Documental (1º parte de 6):

Mauthausen.El Convoy de los 927 

 

Documental:

Mauthausen, el deber de recordar

  Documental (intro)

Intro - Mauthausen, una mirada española 

 

Testimonio de un superviviente.




miércoles, 16 de enero de 2013

La otra versión

Antonio García Alonso estuvo en Mauthausen en el Departamento Político de Mauthausen. Trabajo en el laboratorio fotográfico del campo junto con Boix. Antonio García Alonso siempre ha contado otra versión de cómo las fotografías se salvaron. Según Antonio García, Boix entro en el laboratorio por recomendación suya al Ricken, el oficial nazi encargado del laboratorio.

La versión de Antonio García se contradice con la de Boix, García dice que fue el junto con un prisionero polaco llamado Graboswki quienes escondieron las fotografías y los negativos de los nazis, que Boix llego al laboratorio mucho después que ellos empezaran a esconder negativos en un archivo secreto dentro del propio laboratorio. García cuenta que cuando el cayo enfermo, Boix aprovecho para robar el archivo secreto y sacar las fotografías del campo, aribuyéndose el mérito, añadiendo también que Boix no tenía una intención altruista respecto a los negativos, si no que Boix, una vez finalizada la guerra, quiso vender las fotografías y negativos a los franceses simplemente por obtener un beneficio económico.





Antonio García siempre ha defendido esta versión, la cual se ha publicado en distintas revistas y entrevistas, así como en los libros “Le Triangle Bleu” escrito por Manuel Razola y Mariano Constante Campo, lo cuales también estuvieron en Mauthausen, también aparece esta historia en la publicación “Los olvidados” de Vilanova. Sin embargo, David W. Pike, en su libro “Spaniards in the Holocaust” desmiente esta versión afirmando que García negó ser fuente de Vilanova.

La versión de García tiene algunas contradicciones. García nunca hablo de negativos, siempre dijo que Boix le había robado las fotografías. Además, García hablaba de un número muy inferior de fotografías que el escondío a las que luego Boix saco del campo.

También cabe destacar que el propio Boix afirmo haber sacado del campo mas de 20.000 imágenes, cuando las que se conservan en la actualidad ronda el millar ¿acaso una exageración de Boix?.

Sin embargo la versión de García parece estar ligada a los celos que este sentía por Boix, llegándole a acusar incluso de mofarse del fusilamiento de 48 presos yugoslavos.

El preso número 9.003




Jacinto Cortes García tuvo un importante papel en cuanto a las pruebas fotográficas de los juicios de Nuremberg. 
Jacinto, junto con su padre y su hermano, todos ellos republicanos, pasaron a formar parte del llamado grupo Poschacher. El grupo Poschacher no era si no un comando de presos españoles (no mas de 50 hombres) que la dirección del campo “alquilaba” como mano de obra a la empresa Poschacher, la cual precisaba de mano de obra para explotar una cantera propiedad de la empresa.


Algunos integrantes del comando Poschacher.

A los presos de este grupo se les permitía bajo vigilancia salir del campo para ir a trabajar a la cantera de Poschacher, la vigilancia era mas relajada en la cantera de la empresa que en el campo nazi, lo cual permitía a los presos mas libertad de movimiento y algunos de ellos trabaron amistad con los habitantes de la zona.
Debido a esta mayor libertad y a que Boix temía que los guardias pudieran encontrar los negativos y fotografías que escondía, Jacinto acepto esconderlos fuera del campo, en un lugar seguro hasta que acabase la guerra.
Jacinto como miembro del grupo Poschacher en sus salidas diarias del campo al lugar de trabajo había trabado amistad con la familia Pointier, los cuales tenían una granja en las cercanías. Jacinto, que sabía que la señora Pointer era contraria a los nazis, le pidió que escondiese los negativos en su granja, a la cual esta acepto. 
Gracias a Jacinto y a la señora Pointer, se salvaron la mayor parte de los negativos que Boix salvo, tanto de las visitas de altos cargos nazis, como de las torturas, experimentos médicos, etc. Mas tarde, estos negativos y fotografías que Jacinto escondió fueron junto con los testigos el grueso de las pruebas contra los nazis en Nuremberg. 




La familia Pointner junto con Jacinto en la granja donde escondieron los negativos.

El preso número 5151:
http://www.diariodesevilla.es/article/entrevistas/708156/cuando/llegue/mauthausen/le/dije/mi/amigo/olvera/estamos/jodidos.html

sábado, 12 de enero de 2013

Enfermedad y muerte de Boix

Boix residió en París entre mediados de 1945 hasta 1951, año de su muerte. No llevó precisamente una vida tranquila, pues a pesar de sus múltiples viajes, su salud era débil y tuvo que realizar varias curas de reposo y largas estancias en hospital.

Boix trabajó en Francia como reportero de publicaciones de tipo comunista como la revista Regards, o los periódicos Ce Soir y L'Humanité. Cubrió todo tipo de informaciones, política, deportes, etc. Cubrió la guerra civil griega, viajó a Argelia, Praga, Budapest, y siguió el Tour de Francia entre otros encargos. 

Boix cubrió el Tour de Francia en varias ocasiones.
Esta foto es del verano de 1948 [JS]


Su salud no era estable, y a veces se encontraba muy delgado, y otras más fuerte. No obstante, su carácter  dinámico parecía impedirle llevar una vida relajada. El paso por los campos de concentración, mal alimentado y siempre en estado de peligro, minaron su salud, haciendo que su muerte llegase demasiado pronto, solo cinco años después de salir de Mauthausen.

Boix era consciente de que le costaría superar su estado de salud, aunque solía mostrarse alegre y optimista normalmente. Sentía además que no tendría mucho futuro, que no podría tener mujer o una familia como algunos de sus amigos. Sus pensamientos giraban en torno a la idea paradójica de haber superado la experiencia de vivir en un campo de concentración nazi, y poco tiempo después, morir joven en un hospital de París. 

Francisco Boix fue enterrado en París, en el cementerio de Thais, un municipio al sur de la capital, en un entierro con pocos asistentes, pues sus compañeros comunistas trataban de ocultarse por miedo a la expulsión del país. 

En su lápida se puede leer en francés: "Francisco Boix-Campo. Deportado en 1941 al campo de Mauthausen a la edad de 20 años. Fallecido el 7.7.1951 a consecuencia de su deportación. [Demostró] un gran coraje al sustraer a los SS unos documentos fotográficos abrumadores para los nazis que impusieron el sistema concentracionario [L'Amicale] de los Deportados de Mauthausen"

Historia de una pancarta

"Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas liberadoras" Pancarta en español, inglés y ruso. Foto Boix [AMP]

Santiago Bonaque, declaró para Le Patriote Résistant, la idea que surgió entre sus compañeros presos españoles de la organización clandestina de presos en el campo de Mauthausen: "Preparar una banderola saludando la llegada inminente de nuestros liberadores" El texto, además aparecía en ruso y en inglés, puesto que no sabían cuál de las dos tropas aparecería a liberarlos. Según Bonaque: 
"Constante, que estudia ruso de su amigo Iván, comandante del ejército soviético, hace la traducción. Yo, que tenía como profesor de inglés a Robert Corbin hice la traducción al inglés. (...) Reflexionando sobre quién podría ser el colaborador eficaz pensé en mi amigo Frances Teix, número 5041, dibujante de oficio y pintor en el campo, antiguo capitán del ejército popular español. Yo lo había conocido en el islote Y del campo de Barcarés donde, en tanto que dibujante, colaboraba con él en la confección del periódico manuscrito que allí se hacía. El había llegado a Mauthausen poco después que yo y pronto tuvo toda nuestra confianza, pues fue incorporado a la organización clandestina. La propuesta fue aceptado rápido tanto por mis camaradas responsables en el campo como por Teix mismo"
El campo había sido abandonado por las SS el 3 de mayo, y la vigilancia del campo queda en manos, puertas para adentro, del Comité Internacional de Presos.

Teix, protegido por sus compañeros, comienza a trabajar en una pancarta de 20 metros de largo en los lavabos del bloque 11. En la siguiente cita, Bonaque cede en ocasiones la palabra a Teix:
"El ruido de cañonazos se intensificaba y los tiroteos cada vez más nutridos se aproximaban a medida que avanzaba la mañana. (...) La confección avanzaba también. A la hora de la comida, las banderas [norteamericana, soviética y británica] estaban terminadas, los textos en inglés y ruso ya inscritos y el título en español estaba comenzando. De repente, el camarada del observatorio anunció a grandes gritos la llegada de los tanques; quedaba por terminar la última palabra en español, liberadoras. De cuatro brochazos, muy deprisa, pero de forma clara, Teix acabó su trabajo. Ya eran más de la una."
Teix, junto con sus compañeros, colocaron la pancarta sobre la balaustrada que daba al interior de la Appellplatz.

"En ese momento se produjo una explosión de alegría y cuando los tanques entraron en el campo, el alborozo general estaba en su paroxismo.
Miembros de las primeras patrullas americanas entran
 en el patio de los garajes de Mauthausen. Foto Boix [AMP]
El primer grito de alegría partía del techo del crematorio. El observador que estaba allí apostado se puso a gritar: ¡Ya llegan, son los tanques! Algunos detenidos que se encontraban muy cerca y oyeron los gritos del observador mientras veían a Corona correr con la pancarta, empujados por su deseo de ver también ellos los tanques, se alzaron sobre el techo unos tras otros. En pocos minutos, de quince a veinte se encontraban sobre este puesto de observación elevado, agitando unos sus 'Mützen' [gorras de presidiario], otros su chaqueta, improvisando de esta manera el más fantástico de los ballets. Se saludaba así a los que nos traían la libertad tan intensamente esperada, tan profundamente deseada durante cuatro años y medio que pasaron en el campo de Mauthausen muchos españoles salvados de este infierno nazi."

La llegada de los americanos

Un blindado entra en la Appellplatz de Mauthasen.
Foto Boix. [MHC]
El pintor Francesc Teix Perona (Barcelona, 1904), junto con otros españoles, se encargó de pintar una pancarta para dar la bienvenida a los americanos que les librarían del campo de concentración de Mauthausen. Esta pancarta se colocó a la entrada del campo, entre dos torres. 

La llegada a Mauthausen de la primera patrulla de reconocimiento americana se produjo el 5 de mayo de 1945, por la tarde, no obstante, pasadas unas horas, regresaron a los puestos de mando de la XI División Blindada del III Ejército americano. 
Expectación y alegría en la Appellplatz abarrotada de presos.

Los que en ese momento ejercían como guardianes del campo daban muestras de voluntad por entregarse a las tropas americanas como prisioneres, pues consideraban que recibirían un mejor trato que en caso de entregabarse a los soviéticos, cuyas posiciones también eran cercanas a Mauthausen. Así pues, una larga columna de prisioneros desarmados, compuesta por los últimos guardianes del campo, caminó sin vigilancia hacia el lugar indicado por los americanos.

El 6 de mayo será cuando las tropas americanas dirigidas por el coronel Seibel lleguen a Mauthausen para hacerse cargo de él. Mientras tanto, entre la primera y la segunda llegada de los americanos, el campo había quedado en manos de los presos que aprovecharon para armarse. El Comité Internacional trató de mantener el orden, pero durante aquellas horas  reinó el caos en el lugar. Además persistía el miedo a un posible regreso de los SS, ya que algunos de ellos se habían refugiado en casas de un pueblo cercano al campo. Estas circunstancias hicieron que se destacasen grupos armados de SS en el pueblo y en puntos como el puente del ferrocarril sobre el Danubio.




El 66º aniversario de su liberación:
http://armhex.blogspot.com.es/2011/05/66-aniversario-de-la-liberacion-del.html




De esclavos sin derechos a guardianes del campo


En mayo de 1945, los frentes soviético y americano se iban acercando cada vez más al campo de concentración de Mauthausen. Por aquel entonces el III Reich ya había caído. Las SS huyeron del campo de concentración a principios de aquel mes. Los presos quedaron a cargo de la policía austriaca de Viena y de los bomberos y miembros del Volksturm, una tropa auxiliar. El cambio se produjo durante la noche, sin que los presos fueran conscientes de ello, por tanto, a la mañana siguiente sen encontraron con que sus guardianes habían sido sustituidos.

Grupo de españoles pertenecientes a las Juventudes Socialistas
Unificadas con banderas y pancartas en contra de Franco. 

Foto Boix. [Colección Ramón Milá]
En Mauthausen, se había organizado de forma clandestina un comité formado por representantes de presos de las nacionalidades más numerosas entre los recluido de Mauthausen. Incluso hubo SS que se relacionaban con ellos para darles un trato favorable y confabularse en ocasiones contra los altos mandos militares del campo de concentración. En el momento de liberación de Mauthausen fue cuando este Comité Internacional de Presos se hizo completamente visible.

Mientras tanto, habían seguido realizándose asesinatos en el campo de concentración de presos enfermos que se encontraban hacinados en deplorables condiciones, que realmente eran más mortíferas que las cámaras de gas. Incluso después de la liberación del campo, un alto ritmo de muertes diarias (cerca de 200) se seguía produciendo con motivo del hacinamiento de personas.

Tras la huida de las SS,  los presos prepararon también una organización de tipo militar, por temor a la vuelta de estos u otras fuerzas y un posible exterminio masivo. Se dedicaron pues a defender Mauthausen con armas robadas de forma clandestina meses atrás.